Sulfitos del vino

Sulfitos en el vino: todo lo que debes saber

¿Alguna vez has escuchado hablar acerca de los sulfitos del vino? Si estás leyendo esto es probable que sí, sin embargo, no tienes muy claro qué son, qué función cumplen y si es bueno o no consumirlos.

Es probable que hayas escuchado que estos componentes son los responsables del dolor de cabeza o malestar general que sientes tras tomar vino. Ahora bien, ¿es cierta tal afirmación?

Considerando que durante las fiestas y el resto del año el vino es una de las bebidas más populares, nos pareció una muy buena idea contarte todo lo que tienes que saber sobre los sulfitos, para despejar tus dudas y mitos alrededor de estos componentes.

¿Qué son los sulfitos del vino?

Sulfitos en el vinoLos sulfitos del vino no son más que sales inorgánicas compuestas por oxígeno y azufre (Anhídrido sulfuroso) que se añaden durante diferentes procesos de la elaboración del caldo para evitar su oxidación y descomposición.

En este sentido, puede decirse que son una clase de conservante o aditivo que ayuda a que el vino conserve en óptimas condiciones sus propiedades organolépticas. Es importante que tengas en cuenta que dichos compuestos no solo están presentes en los caldos, sino que en la industria alimentaria son usados como conservantes de muchos tipos de alimentos.

Así que la próxima vez que recibas vinos en tus cestas de Navidad con vinos y te percates de que tienen estas sales, ya sabes que no son más que sustancias empleadas para su conservación.

Para qué sirven los sulfitos en el vino

Los sulfitos en el vino ayudan a evitar su oxidación. Por tanto, garantizan que no vaya a dañarse durante su proceso de elaboración o que termine convirtiéndose en vinagre.

Esto es gracias a las diferentes propiedades que tienen dichas sales, entre ellas antioxidantes, antibacterianas, antisépticas y desinfectantes, motivo por el que proporcionan un alto grado de protección a la bebida.

En este sentido, las principales funciones de los sulfitos en el vino son las siguientes:

  • Estabilizan las levaduras: favorecen las buenas levaduras y bloquean las que no lo son tanto.
  • Antifúngicos: previenen el crecimiento de bacterias y diferentes tipos de hongos, como por ejemplo el moho.
  • Son clarificantes: hacen que las uvas se descompongan más rápido, lo que favorece la liberación de los taninos y de los aromas.
  • Evitan la pérdida de aromas: así el vino tiene una mejor evolución a lo largo del tiempo.

¿Los sulfitos son perjudiciales para la salud?

Aunque muchas personas culpan a los sulfitos de los dolores de cabeza, molestias estomacales y otros efectos desfavorables tras el consumo de la bebida, la verdad es que no tienen nada que ver con la resaca.

En este sentido, los sulfitos no son perjudiciales para la salud. Eso sí, es importante tener presente que hay algunas personas alérgicas o intolerantes a estas sustancias que sí pueden tener alguna reacción negativa.

Por ejemplo, quienes sufren de asma pueden experimentar una leve dificultad para respirar después de su consumo. Pero, por suerte, nada que genere una gran preocupación.

¿Todos los vinos tienen sulfitos?

Es fundamental entender que los sulfitos son sustancias que incluso están presentes en nuestro organismo, por lo tanto, puede decirse que, naturalmente, todos los vinos los contienen. Con respecto a los sulfitos añadidos, es decir, a aquellos que se agregan durante la elaboración de la bebida hay vinos que contienen y otros que no.

Pero, ¿cómo saberlo? Es fácil, en las etiquetas de los caldos que los tienen aparece muy claro: “Contiene sulfitos”, así que, si eres alérgico, podrás asegurarte de comprar una botella que no los contenga.

Por otra parte, los vinos que no contienen estas sales también lo ponen en sus etiquetas: “Sin sulfitos añadidos”. Esto quiere decir que los únicos sulfitos que contiene la botella son aquellos que se han producido de manera natural.

Cantidad de sulfitos según el tipo de vino del cual se trate

Cantidad de sulfitos según el tipo de vinoEs importante saber que la cantidad de sulfitos que se añade a los vinos es muy baja. Sin embargo, varía en función del tipo de vino del cual se trate:

  • Tintos: 150 gramos de sulfito por litro (una cantidad muy baja).
  • Blancos: 200 gramos de sulfitos por litro (cantidad moderada).
  • Rosados: 200 gramos de sulfitos por litro (cantidad moderada).

Uso de los sulfitos en la alimentación

Los sulfitos son muy empleados en la industria alimentaria por las propiedades conservantes y preservantes de las que ya hemos hablado. En este sentido, alimentos como frutas y verduras deshidratadas, zumos o chucrut cuentan con sulfitos añadidos, incluso en cantidades más grandes que las contienen los vinos.

Ahora ya sabes que los sulfitos del vino no son perjudiciales y que no son los responsables de los dolores de cabeza y otros malestares que sientes tras consumir la bebida, así que al recibirlos en tus lotes de Navidad no dudes en degustarlos y disfrutarlos sin miedo.